El vocero de La Calaca

El vocero de La Calaca

(… a Alejandro Rivadeneyra P.)

Mi hermano, quien era dos años mayor que yo, tenía una cualidad muy particular: siempre que moría algún miembro de la familia, los demás nos enterábamos, gracias a sus llamadas telefónicas. Había en ello una cierta fascinación de su parte, o al menos eso sentía yo. Nuestra familia no era numerosa, apenas dos hermanos… curiosidad que parecía repetirse tanto del lado materno, como del paterno. Ya fuera por cuestiones genéticas, o meramente accidentales, uno a uno mi hermano fue anunciando las muertes de cada tío, primo, pariente lejano… aun las de nuestros padres, hasta sólo quedar tan sólo, como únicos sobrevivientes, él y yo.
Quizás por ello, cuando aquella fría mañana sonó el teléfono, y escuché la voz de mi hermano al otro lado del auricular… supe, sin lugar a dudas, que finalmente había llegado mi turno.

©Ada Hayes
Mayo 2013 Calaca

Hablo con fantasmas…

Hablo con fantasmas…

Hoy hablé por teléfono
con un fantasma…
me contó de sus cosas
sigue siempre en lo mismo
toreando la cotidianidad que le envolvía
en nuestra última llamada telefónica.
Mi fantasma es ahora mi amigo
paseamos virtualmente
como antes lo hiciéramos de niños
agarrados de manos, por el viejo distrito
Sigue solo… está viejo
y ha perdido aquella melena de león
que tanto me atrajo en su momento.
A veces se empeña en traer
algún recuerdo del pasado,
de cuando estuvo vivo…
pero desiste, al ver la amabilidad
en mi sonrisa,
y el fuego de mis ojos, ya apagado.

©V.H. /2013 

by Guillermina de la Cal