My one…
(… to mr. Hayes)
Un día se acercó a mi orilla, se desvistió todos los prejuicios y, desnudo, se sumergió en las profundidades de mis aguas. Llevaba vacías las manos y el corazón abierto.
Adentrándose más allá de su estatura, permaneció inmóvil y en silencio, hasta emerger ungido. Entonces me dijo: esto es cuanto soy, esto es cuanto tengo y lo postró en mi playa cual ofrenda.
Aquella noche hicimos el amor por primera vez… y nunca jamás ha roto su promesa. ¡Sigue siendo completamente mío!