Memorias de ti…

 

«Nadie sabe de qué color es el vértigo hasta que lo sufre… nadie comprende lo solo que puede uno estar aún estando en compañía de muchos… y nadie entiende que el silencio de una mirada llena de emoción vale más que el ensordecedor ruido de mil halagos»
F.J.G.

Para poder seguir queriéndote como te quiero,
necesito enterrar nuestro pasado
en el más profundo de los olvidos…
porque me calcinan todas las memorias,
como un día eché al fuego todos tus libros
sin leerlos, para exorcizar los demonios
que dejaste olvidados en mi closet.
Mimeticé cada movimiento tuyo
buscando entender tus razones
no me detuve ante lo que ansiaron mis ojos
el sí y el ahora fueron mis lemas de batalla
donde sangrientos los cuerpos se deshacían
entre hambres y mordidas, sudores y besos…
Fuiste el verbo maldito con el que conjugué
en compañía, todos mis silencios
el fantasma con que escribí mis mejores versos
Más ahora que no preciso pronunciar tu nombre
vienes a mí apagado, cansado, desnudo,
y me pides brindarme cual sacrificio vivo
para ser la breve salvación que te redima.
Y yo, cual tonta, ciega, enamorada
me pregunto qué hará el amor conmigo,
cuando hayas terminado de amarme…
Y, sabiendo que odiaré el día
en que hayas matado al fin mi último sueño
… me entrego.

.
(- ¿Eres feliz?
– ¡No!
– ¿Pero todo este tiempo?
– Yo no tengo vida. He quemado mis años viviendo en y para los demás.
– ¿Pero toda esta ausencia?
– Siempre estuve, siempre te he leído. He seguido tus emociones y no me fue difícil reconocerme en ellas.
– No se supone que debía serlo, mi emoción ha sido siempre tú.
– Sólo tú eres capaz de sacarme de la inercia en la que me encuentro… y al hacerlo, estás literalmente salvándome la vida.)

©Ada Hayes Y me entrego