Enero Veintinueve

En medio de mis ávidos recuerdos
en las evocaciones de las miradas 
que se pasean entre los fondos sombríos,
cuando mis ojos atentos la buscaron, tan ingenuos
esperando encontrar en su noche mi refugio;
quise ver en su sombra un nacimiento puro,
la creación de un destello para el latido inédito,
y perseguí las caricias de sus manos al vuelo
y acosé a mis deseos con el calor de su cuerpo
y me oculté tan callado en su intimidad sin vida.

Fui su voz llamándome en esperas
llamándome encendida como arrechada gata,
como un lupanar de amores ocultos,
-extasiantes esencias de la noche-
como dos aromas finos esperando penetrarse.

Hoy soy la duda de su vida, el sino insondable donde calla
donde la memoria se ha extraviado en su memoria
y hago un pacto al silencio de lo que haya sido.

©Alejandro Rivadeneyra P. Ahogo